MI MAMÁ ME MIMA

MI MAMÁ ME MIMA

MI MAMÁ ME AMA

MI MAMÁ ME MIMA

MI MAMÁ ME AMA

MI MAMÁ ME MIMA

MI MAMÁ ME AMA

MI MAMÁ ME MIMA

MI MAMÁ ME AMA

-Así Lolita llenaba cada cuaderno que a sus manos llegaba, sus frágiles dedos estaban ya en rebeldía-.

¡Ni una letra más en este día!

Gritaba el índice: ¡quiero un moco sacar!, ¡un ojo rascar!, ¡una pelota empujar! ¡o una luz prender y apagar! ¡pero antes de escribir prefiero realmente morir!

El dedo del medio, junto al anular decidieron que ¡no se volverían a doblar!

El meñique en señal de cansancio, desarrolló una gran verruga que dolía cada vez que el papel lo rosaba y crecía cada vez que Lolita escribía.

El único solidario era al que todos llamaban el vulgar, hablamos ni más ni menos que del dedo gordo o pulgar, este sabía que no podía claudicar, si él entraba en huelga Lolita un lápiz jamás volvería a agarrar.

MI MAMÁ ME MIMA

MI MAMÁ ME AMA

MI MAMÁ ME MIMA

MI MAMÁ ME AMA

MI MAMÁ ME MIMA

MI MAMÁ ME AMA

MI MAMÁ ME MIMA

MI MAMÁ ME AMA

Un día hasta el pulgar se cansó, ¡estamos hartos de este juego, ni una letra más esbozo de nuevo!

¡Esto no se queda así! -Gritó Lolita enojada-, con la mano más tarada, continuaré con mi labor, -pero la izquierda resultó lerda y antes de que Lolita llene una plana, esta tonta se acalambró y hasta la punta del lápiz en un ataque de torpeza rompió-.

-Lolita lloró desconsolada, en un mar salado y de grafito nadaba… los dedos que antes escribían, avergonzados se engarrotaban y se torcían-.

¡No puede ser esto tan grave! -Dijo la mano derecha-

¡Esto es una locura! -Exclamó la cuerda izquierda-

-Pero tuvieron que callar, cuando Lola les empezó a susurrar- ...si ustedes me ayudan, si ustedes se animan, si ustedes escriben ¡mil veces más! ¡quizá mamá algún día me pueda amar!

¡No todos los niños son amados, ni todas las madres saben leer!

Relatos rotos

Sory