Vaivén



Ella bailaba en una sola baldosa, con las nalgas apretadas, las caderas en vaivén, su ceñido vestido dejaba ver sus formas, ¡ohhh si..! Piernas torneadas, pantorrillas de ensueño, vientre plano y tetas firmes, eran sus altos tacones la pincelada final de su adorable figura.

Sus ensortijados rizos, parecían darle compás a su movimiento, ella flotaba, se evaporaba y volvía a moverse.

Sus labios carnosos, en forma casi imperceptible tarareaban las canciones y su perfume barato embobaba a todo aquel que estaba cerca.  No dejaba de menearse, era como una bailarina de aquellas cajas musicales, con cuerda sin fin y movimientos que jamás terminan.

A veces creo que respiraba un poco, como para llenar lo suficiente de oxígeno sus pulmones y elevarse nuevamente entre la música.

Mas cuando el silencio lo invadía todo, cuando arreciaba la quietud, sus ojos se quebraban y no había mirada tan triste como la de aquella mujer.

De pronto sus nalgas se aflojaban, su abdomen se precipitaba, las tetas apuntaban al piso y los labios se descuajeringaban.

Ella bailaba y juro que eran los únicos momentos, en que la vida la apreciaba.

Relatos rotos

Sory


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